Seronda en La Benéfica
Castañes, castañes y más castañes
Este año, en La Benéfica, la castaña ha sido protagonista de nuestra programación cultural, y es que hablar de castañas es hablar de la historia y la vida de nuestro territorio.
Empezamos esta aventura el 20 de octubre, en una jornada que nos llevó «A la gueta!» con Guillermo Forcelledo, vecino de Caperea, al castañéu comunitario de La Composturia. Caminamos entre cuerries y castaños centenarios, fascinadas con este árbol que, como dicen por aquí, “mató más fame que el maíz”. Nos sorprendió conocer lo importante que fue la madera de castaño, no solo para calentar los hogares, sino para construir hórreos y corredores donde las castañas mayuques reposaban hasta el invierno, cuando se convertían en parte esencial de los potes y cocidos.
El 27 de octubre continuamos esta serie de actividades con un taller llamado *El cestu apináu*, en el que Roberto, del proyecto Palotrenzado, nos enseñó el arte de tejer cestos con palo de saúco. Bajo sus manos expertas, cada uno de nosotros tejió su propio cesto, donde pronto apañaríamos nuestras castañas. Fue una jornada intensa, así que, a la hora de comer compartimos un buen pote de castañas, que nos dio calorín y dulzura para revitalizarnos y seguir trenzando.
Finalmente, llegó el esperado día 1 de payares, y con él, nuestro Amagüestu en Espinaréu. Gracias a la colaboración de la Asociación Amigos de Espinaréu, pudimos preparar los cerca de 100 kg de castañas que se asarían para la ocasión. La víspera, junto a los voluntarios de ambas asociaciones, nos entregamos a la labor de picar las castañas —sin esa pequeña picaína, sabemos que nos arriesgamos a una explosión de sabores… y de cortezas. A la mañana siguiente, el tamboril de castañas giraba ya con fuerza, desprendiendo un aroma que anunciaba el inicio de la fiesta.
Con la incertidumbre de la afluencia, habilitamos un autobús lanzadera desde L’Infiestu para facilitar la llegada de los visitantes. El ambiente fue inmejorable: las personas se organizaron, colaboraron y mostraron una actitud comprensiva y solidaria cuando, por la gran afluencia, tuvimos que suspender el servicio de regreso para evitar retrasos. En cada sonrisa y cada gesto de paciencia, vimos reflejado el enfoque comunitario que queremos que forme parte de La Benéfica.
El programa del día estuvo lleno de alegría y baile. La Orquestina la Xarangana puso el toque musical, arrancando a la gente a bailar, y el relevo lo tomaron los animados y animadas que trajeron sus instrumentos para continuar la tarde. Después, Aitana Castaño nos regaló momentazos con un bingo que mantuvo a todos en vilo hasta el último número. Y para los más pequeños, Anina Morán trajo sus “Cuentos de Mar y Castaña”, dejándolos encandilados con su ternura y energía.
Así, entre historias, música y risas, las castañas fueron pasando de mano en mano, recordándonos que aunque los tiempos hayan cambiado, la castaña sigue uniendo a esta comunidad en torno a su calor. Al caer la tarde, cuando ya nos despedíamos, sentimos que habíamos celebrado mucho más que una fiesta: habíamos tejido una vez más esa red de colaboración, ilusión y amor por el territorio, la verdadera riqueza de nuestra pequeña comunidad piloñesa.
